El poema sugiere su lectura, lectura que es fruto del encuentro demorado del autor con su poema cuando escribe, reescribe y revisa. Este acto de despojamiento apura esa mínima fracción de la realidad que percibe y vive el poeta, y que luego reelabora. Reelaborar así la experiencia desde el poema exige al poeta navegar una serie de presencias y ausencias, escogerlas para el texto, disponiendo así una u otra lógica de «espacios» con ese margen de silencios y saltos que es capaz de asumir. El poema, para mantener su lectura, acepta solamente aquellos saltos de sentido, cognitivos y de ritmo de lectura que «congenian» con él y que extienden los límites de sus afueras. Tras ese encuentro o unión, el poema habrá ganado otras lecturas posibles; no perfectas, pero efectivas.
En este juego de tensiones o lecutras se mueven, con acierto generalizado los poemas de “La parte blanda” de Sandra Santana, publicado por Pre-Textos, en 2022, dentro de su Colección La Cruz del Sur. Este libro reúne poemas de temática diversa y que ofrecen una sugerente variedad de lecturas, tanto en la manera de leerlos como en sus sentidos. Encontramos textos de crítica social, metalingüísticos pero, ante todo, sugerentes, escritos para una lectura pausada, exigente, que nos permita el tiempo y el espacio suficientes para atender sus intrigas y desvelos. La lectura de cada poema, el «cómo» leerlos, se identifica con naturalidad e incluso en aquellos poemas donde tal lectura no se identifica con claridad, entendemos que forma parte de la idiosincrasia del poema. De alguna manera, estas “interferencias” o “ruidos” quieren atraer nuestra mirada hacia determinadas palabras o versos, obligándonos a interpelarlos directamente.
«La parte banda» ofrece una mirada crítica hacia diferentes aspectos sociales y antropológicos que, incluso desde una lectura o sentido reivindicativo logran mantener su rumbo poético, sin entregarse a los excesos ni el eslogan que, más que añadir sentidos, claridad y hondura provocan apenas ruido cuando dominan la escritura. Esta distancia que navega Sandra Santos permite a los poemas mantener un personal equilibrio entre el pensamiento poético y el pensamiento crítico en un conjunto que apenas sí tropieza en unos pocos textos, bien por inacabados o de cierre demasiado abierto, bien por mostrar un acabado excesivamente críptica dentro del conjunto del libro. Con todo, una lectura recomendable, y una autora a la que esperar.
A continuación, una muestra de poemas del libro:
Que a todos os pertenece la fragilidad. Que a todos os canta secreta una melodía triste a veces. Que a todos os hizo hervir el corazón con su aleteo a veces. ***
Mirad esa línea invisible que descubre en el cielo el vuelo del ave: algo os empuja más fácilmente a esta palabra que a la otra. ***
La misma distancia separa el puño y la palma de la mano, la hoja de papel sobre la mesa y ese avión que sobrevuela las cabezas de los niños en clase. También los pliegues os atraviesan y transforman. ***
Ya se ha dicho antes: la palabra circunda el vacío. Ya se ha dicho antes, no nace de la abundancia del corazón, sino de la carencia que asedia la boca.